Famosos Montessori
Cuando una periodista preguntó a Larry Page y Sergey Brin, los creadores de Google, si creían que su gran éxito y su capacidad para la innovación se debió a la influencia de sus padres, profesores de universidad, ellos contestaron que no. En todo caso, dijeron, su espíritu autodidacta, su capacidad de iniciativa, la libertad de pensar por sí mismos, la aprendieron, en gran parte, en las aulas de Montessori.
Pero la historia no acaba ahí. Fieles a ese pasado, decidieron utilizar el método con el que aprendieron de pequeños como base para organizar su empresa. De esta forma, en sus oficinas hay libertad de horarios, de relajarse cuando uno quiera, de desarrollar el trabajo, el ocio, la comida, en el momento en el que mejor les parezca. Tienen salas de juego y de masajes. Tienen gimnasios. Se pueden llevar a sus hijos o a sus mascotas si lo necesitan.
La decoración es creativa, juvenil, alegre. Todo lo que es necesario para fomentar la creatividad, estimular el espíritu libre, el sentirse a gusto en la oficina. Además, el staff es impulsado a usar el 80% de su tiempo en la oficina en sus tareas regulares y 20% en sus propios proyectos.
Y, por supuesto, con la exigencia y la disciplina, entendida como la premisa de respetar la calidad de lo que hacen y de entregarlo en el momento previsto, que necesita una gran empresa.
Empresarios como Jeff Bezos, el nuevo gurú informático, creador de Amazon, o Jimmy Wales, de Wikipedia, también pasaron por ese método. Los resultados saltan a la vista.
Pero ellos no son los únicos que reconocen las bondades de este enfoque educacional. Ya Alexander Graham Bell y Thomas Edison ayudaron a fundar colegios Montessori a principios del siglo pasado, convencidos de las bondades de este método. Y a lo largo de su historia, distintas personalidades han pasado por sus clases, desde Jacqueline Kennedy y Gabriel García Márquez, hasta los hijos de Lady Di y la hace poco precandidata a la Presidencia Hillary Clinton. Incluso, durante el mandato de Wilson como presidente de EE.UU. hubo una sala de educación Montessori en la Casa Blanca, ya que su hija era profesora de este método. Evidentemente, no todos los que salen de Montessori hacen cosas tan grandes. Miles de alumnos anónimos llevan una vida normal, no todos tienen que ser empresarios. Pero da una muestra de lo que podemos hacer, sencillamente, si cambiamos nuestro paradigma, nuestra forma de entender el trabajo. Y la educación, que son la misma cosa.